En su trabajo diario las empresas tienen un conjunto de gastos por los que deben responder, como la compra de insumos, materias primas o mercancías, pago a proveedores, pago de impuestos, pago de nómina, entre muchas otras cosas que podrían considerarse previsibles. Sin embargo, también se pueden presentar eventos inesperados, como una oportunidad para crecer, un pedido repentino por parte de un cliente o la necesidad de atender alguna coyuntura.