Adquiriendo deudas, miles de personas pueden pagar su educación, adquirir un medio de transporte, obtener vivienda propia, entre un sin fin de posibilidades que van directamente ligadas a las necesidades de cada persona. En otras palabras, las deudas nos permiten en la mayoría de los casos avanzar personal y profesionalmente. Con ese objetivo han sido diseñadas y por eso mismo, existen las entidades financieras.
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Sin embargo, es importante entender y tener claro que no todas las deudas son iguales; ni su falta de pago, en el peor de los casos, tiene las mismas consecuencias. Por esta razón, es necesario priorizar y encontrar el orden adecuado en el que tú deberías pagar dichas obligaciones para evitar problemas, disgustos e incomodidades innecesarias.
En cualquiera de los casos, lo primero es tener muy presente todos tus créditos y conocer muy bien aspectos como:
-Tasas de interés
-Plazos de pago
-Tiempo que resta a su vencimiento
-Valor total de las deudas
Una vez tengas claro esto, lo que sigue es priorizar por consecuencias. Es decir, deberás evaluar muy bien qué está en juego, para evitar pérdidas mayores a futuro.
Según este criterio, el orden debería ser el siguiente:
1. Deudas con garantía de pago
Dentro de las más comunes están los créditos hipotecarios y créditos de vehículos. Este tipo de deudas, afectan determinantemente la calidad de vida de las personas.
2. Deudas que involucran embargo de salario
Aquí nos referimos a pagos de cuotas alimentarias e impuestos. Este tipo de deudas afectan significativamente la liquidez y la posibilidad de asumir otros pagos, empeorando la situación.
3. Deudas de servicios básicos
El pago de servicios públicos de primera necesidad (agua, luz, gas) por lo general pueden llegar a dar un mes o dos meses de espera. Sin embargo un atraso mayor lleva a la restricción de los mismos.
4. Deudas sin aval
Aquí entran aquellos compromisos que no involucran la pérdida de bienes o salario (tarjetas de crédito, facturas de telefonía, créditos personales). Pero, pueden ocasionar reportes negativos en las centrales de información, afectando nuestro historial crediticio. Sin contar con que a futuro, los acreedores podrían llevar el proceso a los estrados judiciales y de esta forma ocasionar embargos.
5. Deudas con personas naturales
Este tipo de deudas, hacen referencia a compromisos con familiares, amigos y conocidos. Esos préstamos no cuentan con documentos escritos y sus pagos se han pactado de forma verbal. Lo más importante es informar de la situación y lograr acordar nuevos plazos de pago.
En definitiva, las deudas son obligaciones fundamentales, que no puedes dejar pasar por alto. Es un compromiso irrevocable y salir de estas como todo aspecto en la vida, requiere de tiempo y paciencia. Nadie está exento de pasar por malos momentos financieros y no poder cumplir con los pagos inmediatamente. Sin embargo, lo importante es que tengas la firme intensión de pago, que te organices e intentar llegar a acuerdos, para evitar cualquiera de las consecuencias mencionadas anteriormente.